Alistar a la novia es uno de los rituales más conmovedores de la boda. Son los últimos momentos antes de formar este gran lazo. Está lleno de emociones y nerviosismo, y cada detalle es importante: los zapatos, el peinado, el maquillaje, el velo y sobretodo el vestido. Durante mi experiencia como fotógrafa he aprendido a poner todos los tipos de vestido y hacer nudos de corbata, y aunque siempre lo cuento como algo gracioso, es experiencia muy últil en esos cuando nadie está seguro de qué hacer. Este es una de mis partes favoritas durante las bodas.